De estilo barroco, estrenado en la Semana Santa de 1944. Las andas son de líneas onduladas y perfiles y bombo en el canasto, con respiraderos de igual diseño, con candelabros de guardabrisas. Fue diseñado por el escultor-imaginero Rafael Lafarque, que talló asimismo los ángeles y los relieves que representan el Calvario, el encuentro con la Santa Mujer Verónica, el Prendimiento y la Oración en el Huerto. Porta ocho ángeles mancebos, cuatro en cada esquina, y doce querubines.
La talla del paso es obra de Antonio Girón, y el dorado de Alfonso González. La carpintería fue ejecutada por José Huertas Balbuena. Los candelabros actuales fueron estrenados en 1975.
En el paso procesiona el misterio de la Conversión del Buen Ladrón, constituido por la Imagen del Santísimo Cristo, los dos ladrones, y Santa María Magdalena arrodillada a sus pies.
Las imágenes de San Dimas –el Buen ladrón– y de Gestas – el Mal ladrón– son obras de tela encolada del escultor Pedro Nieto, discípulo de Francisco de Ocampo, que las realizó en el año 1628. Fueron recuperadas tras una delicada restauración en el año 1997.
El misterio representa el momento de la conversión, relatado por San Lucas en el capítulo 23 de su Evangelio Arrodillada a los pies de la Cruz figura la imagen de Santa María Magdalena, hermosa imagen del siglo XVII atribuida a Pedro Roldán. En sus manos porta un cáliz con el que recoge la sangre del Redentor.